Tía empalmada. A la blanca traviesa le encanta tener sexo prohibido, y hoy era el día de su sobrino afortunado. Estaba tumbado en la cama hasta que la mujer empezó a pajearle. Sin perder más tiempo, se aparta las bragas y acaba sentada sobre la polla de su sobrino, que está tan cachondo que casi se corre antes de tiempo.